En la segunda entrega de la docuserie “Una nueva era” de la histórica marca, el Director de Diseño de Bugatti, Frank Heyl, explora cómo la forma atemporal del Bugatti Tourbillon¹ está moldeada por la búsqueda de la velocidad, y la incomparable emoción de experimentar un Bugatti en este emocionante nuevo capítulo.
“Con más de 115 años de historia de Bugatti, existe un rico legado de ADN de diseño al que podemos hacer referencia; tenemos una línea guía que enfatiza lo que define a un Bugatti”, explica Frank Heyl. “Lo que tenemos que tener en cuenta es lo siguiente: la forma siempre sigue a las prestaciones”.
Como en todos los diseños Bugatti de la era moderna, el Tourbillon está “modelado por la velocidad” de delante a atrás. A través de cada curva, toma de aire, escape y panel, toda la arquitectura del Tourbillon se ha elaborado meticulosamente para desbloquear nuevos niveles de rendimiento.
En este sentido, el rendimiento aerodinámico va de la mano de cada decisión de diseño que se toma. Tanto si se trata de la velocidad máxima como de un alto valor de carga aerodinámica, como en el Bugatti Bolide, la pregunta es: ¿existe un propósito de rendimiento relacionado con ello?
Esta atención a los detalles de ingeniería está presente en todo el coche, lo que permite al Tourbillon aprovechar las fuerzas de viajar a más de 400 km/h. Pero para Bugatti, eso es sólo la mitad de la historia que el Tourbillon ha sido creado para contar en este nuevo capítulo de la marca.
En el Tourbillon, y en todos los Bugatti que le precedieron, la atemporalidad está en el centro de su diseño. “Bugatti es la interacción entre elegancia y velocidad”, señala Frank Heyl. “Como estos coches existen desde hace tanto tiempo, también tenemos que mantenerlos actuales y en boga. Lo que da fecha a un coche es la tecnología de la época en que se creó; dentro de 100 años, la tecnología actual ya no será puntera. En vez de eso, tenemos que centrarnos en lo precioso”.
La filosofía de diseño del Tourbillon refleja fielmente este espíritu. Inspirándose en el arte de la relojería, la atemporalidad de los relojes centenarios y su uso incluso hoy en día, la cabina del Tourbillon se define por una experiencia analógica auténticamente única.
Para Frank Heyl y el equipo de diseño del Tourbillon, la experiencia es la palabra clave en esta nueva era de Bugatti.
“La experiencia: eso es lo que queremos evocar con el Tourbillon. Se trata de lo que se siente al sentarse en el asiento del conductor, al tocar los interruptores de aluminio, el peso de los diales al girarlos, el olor del cuero, el ruido del motor V16 atmosférico de 9.000 rpm. Suena realmente emocionante. El diseño del Tourbillon podría considerarse un enfoque evolutivo. Sin embargo, la radicalidad y lo extremo de la ejecución de este concepto no se parece a nada que hayamos hecho antes. Creemos que con este enfoque, la experiencia de conducir, poseer y vivir con un Bugatti es incomparable. Simplemente hay que experimentarlo”.
Frank HEYL, Director de Diseño de Bugatti